Cualquier prenda puede lucir estupenda recién sacada del perchero de unos grandes almacenes. Nos la probamos y parece hecha para nosotros. Cuando una prenda encaja así, ese pequeño sobrecoste no parece importante en absoluto.
Sin embargo, un año después -o incluso seis meses-, debido al uso regular y a los repetidos lavados a máquina, empieza a combarse, o el cuello se estira de repente hasta la clavícula. Lo que una vez fue una prenda que formaba parte integral de nuestra identidad se ha vuelto casi imposible de llevar, y la marca que la respalda parece ahora barata y poco fiable.
La opinión de los clientes es más importante -y accesible- que nunca. Los consumidores informados reconocerán y denunciarán una marca barata, no sólo por sacar al mercado un producto de calidad inferior a un coste excesivo, sino también por generar tantos residuos materiales y energéticos para productos en última instancia inútiles.
Comprender la estabilidad dimensional y las pruebas de apariencia
En la industria textil, ese pandeo, estiramiento y pérdida de forma se conoce como "inestabilidad dimensional", y es un factor que todos los fabricantes de calidad tienen en cuenta a la hora de fabricar un producto de base textil, como prendas de vestir o ropa de cama, e incluso tejidos en bruto.
A través de normas impulsadas por la industria y desarrolladas por organizaciones como la Asociación Americana de Químicos Textiles y Coloración (AATCC) y la Organización Internacional de Normalización (ISO), se han creado pruebas específicas de estabilidad dimensional para evaluar cómo se comportan las prendas y los tejidos en condiciones ajustadas para emular las prácticas habituales de los consumidores. Un tejido o una prenda sometidos a pruebas exhaustivas deben soportar procesos como:
Pruebas de torsión/torsión/curvatura: estas rigurosas medidas sirven para determinar la "espiralidad", o destorsión, del tejido tras los lavados a máquina.
Encogimiento/arrugas -- Los métodos de prueba ISO especifican el uso de una muestra cuadrada del tejido para determinar el encogimiento o la desfiguración tras el uso de la lavadora, tanto para el tejido de punto de "urdimbre" (las fibras que se mantienen fijas contra el telar); como para el tejido de punto de "trama" (estirado por encima y por debajo de las fibras de "urdimbre").
Estiramiento y recuperación: esta prueba puede determinar si un tejido o una prenda tiene buenas "propiedades de recuperación" marcando primero ambos extremos de una distancia establecida por los dos lados de una muestra de tejido en su estado relajado, manteniéndola después en una extensión especificada durante un periodo de tiempo prescrito y, por último, midiéndola de nuevo en su estado relajado para determinar el porcentaje de la expansión resultante.
Si quiere estar a la altura de estas normas, es importante recurrir a un servicio de pruebas que pueda hacerlo:
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